En el Mobile World Congress (MWC) de este año, el tema de conversación recurrente ha sido la tecnología 5G. Desde dispositivos compatibles con 5G, hasta el posible despliegue anticipado en algunas ciudades de EE. UU. el mes que viene, parecía que, en cierto modo, todo giraba en torno a la red de nueva generación. Si el evento del año pasado estuvo centrado en la teoría, daba la sensación de que este año marcaba definitivamente el comienzo de la aplicación práctica de la tecnología.
Sin duda, siempre se corre el peligro de que todo el revuelo que causa un acontecimiento de la importancia del MWC se quede en nada cuando se agota la efervescencia. A veces, esto ocurre porque la tecnología que entusiasma a todo el mundo es solo el siguiente paso. Pero esto no es cierto para la tecnología 5G. Tal como lo expresa Åsa Tamsons, responsable de nuevos negocios de Ericsson, en un artículo en CNN, «No es otra G».
Los proveedores de servicios de comunicaciones (CSP) lo tienen claro desde hace mucho tiempo. Tienen ante ellos una tarea realmente apasionante: desde actualizar la capacidad hasta ofrecer nuevos servicios e innovaciones. Con la combinación de 5G, el Internet de las cosas (IdC) y la informática perimetral, ahora se les presenta una oportunidad fascinante que era inimaginable hace tan solo un par de años. Esto se ha hecho realidad gracias a lo que Shekar Ayyar, desde VMware, describe como «una convergencia de tecnologías subyacentes que se acelera en múltiples dimensiones, entre las que se encuentran la unificación de equipos por cable e inalámbricos, redes y entornos de TI, clouds privadas y públicas (híbridas), y clouds de telecomunicaciones y de perímetro». Sin embargo, para aprovechar esa oportunidad, es necesario cambiar de estrategia. En un artículo en LinkedIn, nuestro director ejecutivo, Pat Gelsinger, hablaba de cómo los CSP «deben responder mejor a la evolución de la dinámica del mercado y de las necesidades de los clientes. Al mismo tiempo, deben abordar cuestiones clave que se plantean en relación con la tecnología 5G, como los costes, la seguridad y la facilidad de gestión».
¿Cómo lo consiguen? Aprovechando los costes, la agilidad y la escalabilidad de los entornos de cloud y mediante una arquitectura diseñada específicamente para los CSP. Es lo que denominamos la cloud de telecomunicaciones, que permitirá a los CSP unir sus redes y su infraestructura de TI para crear y ofrecer nuevas aplicaciones y servicios, tanto para los consumidores como para las organizaciones.
No se trata de un enfoque teórico, sino de uno que ya están poniendo en práctica empresas como Vodafone, que utiliza nuestra cloud de telecomunicaciones para convertirse en la primera operadora del mundo en conectar teléfonos móviles compatibles con 5G a su red 5G.
Es una maniobra que cuenta con el aplauso de los analistas, como el experto en el sector Scott Raynovich, que ha incluido a VMware en su reciente lista de ganadores y perdedores del MWC en un artículo de FierceTelecom. Afirmó que, «Gracias a la integración de VeloCloud, el proveedor de redes de área extendida definidas por software que ha adquirido, VMware ahora tiene una posición privilegiada para combinar redes de distintas clouds y operadores, con lo que ofrece una infraestructura virtual segura para la tecnología 5G. No hay que perderse esta historia».
Es cierto que tienen que suceder muchas cosas antes de que veamos la adopción total de la tecnología 5G y que, como ocurre con toda tecnología nueva, hay desafíos que superar. Sin embargo, si se ponen los pilares adecuados, no cabe duda de que, tal y como señala Tamsons: «tendrá la misma repercusión que la electricidad, el silicio y el vapor en las revoluciones industriales anteriores». Una historia que no hay que perderse bajo ningún concepto.
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