AVISO: este artículo es anterior a un año y puede no estar actualizado con eventos recientes o información reciente disponible.
¡Han sido un par de semanas muy interesantes! Poco después de unos días muy ajetreados tras anunciar el plan de VMware para repartir un dividendo especial entre los accionistas, me subí en un avión hacia África. El principal propósito del viaje era una escalada de seis días al Monte Kilimanjaro. Unos días más tarde, mi larga lista de cosas por hacer se completaba, mientras contemplaba desde la azotea de África un día perfecto en Tanzania y Kenia.
Junto con otras tres personas de VMware y un grupo de más de 22, estaba exhausto pero emocionado de llegar a la cumbre. Pero mejor aún, habíamos conseguido recaudar fondos para construir una escuela secundaria para ayudar a sacar a las niñas fuera de los suburbios y llevarlas al camino del progreso. Viendo las caras de las niñas y su esperanza en el futuro me quedé abrumado de la alegría, pero también con una profunda convicción de la necesidad de hacer más (pincha aquí si quieres ayudar).
Esta semana me encuentro mirando diferentes cumbres al otro lado del mundo, tanto física como metafóricamente, con una oportunidad de conectar, escuchar y compartir con una comunidad muy diferente. Mientras escribo esto, la atmósfera de Rocky Mountain en Aspen, Colorado, acoge a muchos de los mejores y más brillantes líderes en tecnología en la conferencia Anual Fortune Brainstorm Tech.
Mientras contemplo esta nueva vista, me sorprende que quizás estos dos mundos no son tan distintos después de todo. Cada vez más, tanto las economías desarrolladas como las emergentes, reconocen el papel fundamental que desempeña la tecnología para apoyar su futuro desarrollo. En mi viaje, también dediqué tiempo a visitar a líderes del gobierno y empresas en Kenia. Los nuevos servicios eGov como Huduma y el centro tecnológico ‘Silicon Savannah’ me hacen confiar en el futuro de África. La penetración móvil entre los 45 millones de habitantes de Kenia es de hasta el 87%. De hecho, estuve haciendo llamadas a 12,500 pies en las laderas del Kilimanjaro, ¡algo que no puedo lograr en las montañas de Santa Cruz que dominan Silicon Valley! A cualquier sitio donde voy, veo más y más países que reconocen la tecnología como un ingrediente fundamental para crear nuevos trabajos y levantar la economía local.
En 2015, las Naciones Unidas publicaron su Agenda 2030 para el desarrollo sostenible trazando 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y construyendo a partir del progreso realizado con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos objetivos son ambiciosos y loables, pero sin embargo desalentadores. Como técnico, estoy emocionado con el potencial que tiene la tecnología para ayudar a impulsar cada uno de estos proyectos.
¿Qué me hace ser tan optimista? La respuesta está en cuatro “Superpoderes” tecnológicos que están desbloqueando la oportunidad de un cambio de juego a escala global: Cloud, Movilidad, Inteligencia Artificial e IoT. La nube ofrece una escala nunca antes imaginable. La tecnología móvil proporciona un alcance sin precedentes. La Inteligencia Artificial nos permite llevar la inteligencia a cualquier cosa, recabando información de conjuntos de datos masivos para complementar la inteligencia humana. IoT conecta el mundo físico y el mundo digital, llevando la tecnología a todas las dimensiones del progreso humano. Cada una de estas capacidades es transformadora por derecho propio, pero juntas desbloquean nuevas oportunidades de las que no habíamos podido disponer hasta este momento de la historia. Durante la próxima década, estas cuatro tecnologías tienen el potencial de impulsar una gama de emocionantes innovaciones que, de momento, solo están cogiendo forma, desde la agricultura inteligente a las ciudades inteligentes a nuevos y audaces modelos de salud y energía sostenible. Mi plan es compartir más percepciones de cada una de estas en próximos entradas.
La tecnología por sí sola no puede solucionar la pobreza, el cambio climático o la desigualdad de género. Pero creo que tiene un papel central y fundamental que desempeñar en el tratamiento de cada uno de estos desafíos globales complejos y profundamente arraigados. La transformación digital ya está extendiendo su alcance en todos los aspectos de nuestro hogar y vida laboral. Pero como se suele decir, “No hemos visto nada aún”. Durante la próxima década, el poder combinado de Cloud, Movilidad, Inteligencia Artificial e IoT ejercerá un enorme impacto positivo tanto en las economías maduras como en las naciones en desarrollo de todo el mundo.
En los 20 años que han pasado desde que VMware se fundó, el ritmo de cambio tecnológico ha continuado acelerándose de forma exponencial. Sin embargo, las mejoras en la calidad de vida en todo el mundo no se han mantenido. Necesitamos cambiar la ecuación, y no va a ser fácil. Los avances que hagamos serán duramente peleados y duramente ganados. Todos tenemos un papel que jugar. Si hay una sola cosa aprendida que ha surgido aquí en Fortune Brainstorm en Aspen, es que reunir a diversas personas alimenta nuevas ideas que puede inspirar nuevas asociaciones y colaboraciones entre individuos, las empresas y el sector público, y crea una fuerza colectiva para el bien. Al igual que el audaz espíritu emprendedor que presencié en Nairobi, necesitamos unir la energía y la creatividad con los conocimientos tecnológicos para dar forma a un futuro que pueda beneficiar a los 7 mil millones de personas en el planeta. Quiero empezar hoy con esas conversaciones. Únete a mí en este viaje y dime lo que piensas.
Categoria: Noticias y destacados
Etiquetas: cloud, Fortune Brainstorm Tech, IoT, Kilimanjaro, Movilidad, Pat Gelsinger
No hay comentarios aún